LA FILOSOFÍA DEL MITO EN LA EPOCA MODERNA Y CONTEMPORANEA
Lic.
Washinton Campos Caballero
1° Parte del resumen del texto de Jamme “Introducción a la filosofía del mito
en la época moderna y contemporánea”.
Sobre la palabra
“mito”. Mito al igual que Logos significaba “palabra”, pero siendo Logos la
palabra plena de sentido, el discurso racional. El mito significa primero
“palabra hablada”, posteriormente significa “palabra sagrada”, y finalmente se
le concibe como “narración que trata de los dioses”. En Alemania la palabra
aparece en el siglo XVI como fabula, y posteriormente como
“narración de los dioses”.
Sobre el desarrollo
del mito. Jamme critica dos visiones acerca del desarrollo del mito: i) la
construcción lineal del mito al Logos (propuesto por W. Nestle), ya que “…el
proceso del desprendimiento del pensamiento racional de ideas y conceptos
míticos aún no se puede considerar como concluido”, ii) el recorrido en tres
etapas: magia, mito (politeísmo) y religión (monoteísmo). Dice Jamme: “No
debemos,.., ni descalificar el mito como ‘prelogíco’ (Levy-Bruhl), expresión de
una etapa infantil de la humanidad desde hace mucho superada por la ciencia, ni
tampoco apresurarnos a transformarlo en un pensamiento científico que nos es
familiar (Lévi-Strauss)”. Más adelante plantea: “Ambas formas de tratar el mito
reflejan planteamientos vinculados a la Ilustración que cabe corregir: el mito
no es algo que haya quedado superado por la irrupción del pensamiento teórico,
constituye más bien ilustración una vez que pretende otorgar sentido a
relaciones naturales oscuras”.
Definición de mito:
“El mito no pretende ser ninguna descripción del mundo, sino que constituye un
concepto de relaciones de los seres humanos frente a sus experiencias y frente
al mundo”.
“No hay ningún mito
prerracional, ‘arcaico’, y, por consiguiente, no hay ningún único camino que
conduzca del mito al Logos. Lo que sí hay es una realidad y una simbolización
que van cambiando en el trascurso del tiempo: lo que cambia es únicamente la
percepción de la realidad por el hombre (…)”.
Dice Jamme: “Las
formas de experiencia míticas resultan atractivas para el pensamiento
contemporáneo porque el mito representa otro tipo de razón distinto del
pensamiento instrumental porque posibilita otros conceptos de la
realidad”, pero advierte: “Una teoría filosófica del mito debería evitar tanto
la Escila de un ‘volvamos al mito’ como también la Caribdis de una racionalidad
(utilitaria) desenfrenada”. Así lo que propone el autor es “ilustrar” el mito.
Dice: “No hay que subliminar o eliminar el mito, sino ilustrarlo, -igual que la
razón-“.
Sobre la evolución
de la conceptualización del mito en la edad moderna. Plantea Jamme que a través
de un proceso de secularización en forma de alegorías, el mito se convierte en
un instrumento del pensamiento racional, así Ernest Cassier decía
que al mito “se le atribuye ahora un cometido nuevo: se convierte en vehículo
del pensar lógico”. Giordano Bruno fue uno de los primeros en usar las
temáticas mitológicas para su utilización meramente racional. Posteriormente
viene Bacon y su libro “De sapientia veterum”, libro donde narra 31 mitos
clásicos y explica su contenido. Jamme dice: “Según Bacon, en los
mitos hay buen núcleo racional y se encuentran en determinados procesos (de
naturaleza histórica y social), es decir, el mito se basa en un
sustrato de hechos y conocimientos”, así “Bacon interpretaba a las deidades
paganas como personificaciones de principios políticos, étnicos y
filosófico-naturales”. Pero ver que a pesar de ello, Bacon entendía los mitos
no como una ficción, sino como la “ciencia de los antiguos”.
Ver también el
aporte de Vico. Dice Jamme: “Solo Vico… se da cuenta de que resulta inadecuada
la distinción entre forma y contenido para comprender la ‘lógica’ del lenguaje
y de la expresión míticas (…). Para Vico, el mito representa la creación
central de determinado período de la historia, con una función de conocimientos
especifica. El mito ya no aparece como ropaje (alegórico) de una verdad, sino
como una forma propia del lenguaje (de imágenes) mediante el cual el hombre
vence su extrañeza original en el mundo”. Así, Vico fundamenta el concepto
moderno del mito.
En la Ilustración.
Expresa Jamme: “La Ilustración muestra, en su conjunto, una actitud ambivalente
frente al mito: por un lado, adopta una posición crítica; por otro lado, la
Ilustración misma se acerca al mito en su autoestilización absolutista”. La Encyclopédie
le niega al mito el carácter de racional. También Kant y su filosofía
racionalizaban los mitos. Dice Jamme sobre Kant: “Kant piensa que es superable
la contradicción entre las exigencias de la cultura y la naturaleza humana: en
la medida que progresa la cultura, los individuos deben reprimir sus impulsos
instintivos. En la idea de la expulsión del paraíso, Kant ve la expresión
mítica del acto de la gestación humana que no significa otra cosa sino la
emancipación necesaria de pasar de la tutela de la naturaleza al estado de la
libertad”. En general en esta época el mito se le considera como algo
“prelogíco” y arcaico.
En el “Programa de
sistema más antiguo del idealismo alemán” (1797) se plantea que el arte debería
regenerar la ética del pueblo y sustituir la filosofía por una nueva mitología,
idea que coge Schelling en su libro “Sistema del idealismo trascendental”,
donde postula elevar el arte al rango de meta de la filosofía. Schlegel limpia
al arte de sus componentes teóricos y éticos, así dice Jamme: “La rotura
decisiva se producirá entonces con Friedrich Schlegel: la nueva mitología
perdería su justificación filosófica-histórica y se transformaría de una
expectativa justificada filosóficamente en una esperanza mesiánica que se
inspiraría en signos históricos”. Esta nueva mitología ya no habla de de los
dioses, sino de la relación entre lo finito y lo infinito. Schelling, influido
por Schlegel plantea la mitología como un eslabón intermediario del retorno de
la ciencia a la poesía. Schilling planteaba: “La mitología auténtica constituye
un simbolismo de las ideas que sólo es posible a través de la figuras de la
naturaleza, y que resulta ser la transformación del infinito en finitud
absoluta (…). Si buscáis entonces la mitología universal, apoderarse de la
percepción de la visión simbólica de la naturaleza, dejad que los dioses
vuelven a apoderarse de ello y que lo llenen en su plenitud (…)”.
Época del
romanticismo. En esta época tenemos a Karl Moritz quien planteaba que la obra
de arte no se puede interpretar, no puede interpretar, no puede ser descifrada
a través de conceptos abstractos. De su teoría se desprende que los mitos
obedecen a criterios estéticos y no éticos. Este recibe influencia de Goethe.
Creuzer fue el
primero en diferenciar entre lo apolíneo y lo dionisiaco, y se rindió ante la
fascinación de lo “dionisiaco”. Las tesis de Creuzer acerca del mito se reducen
en tres tesis: “la cultura griega se baso en el mito; estos mitos hay que
relacionarlos con los mitos hindúes: deben ser interpretados simbólicamente,
con la ayuda de la filosofía neoplatónica”. Diferencia Creuzer entre mito y
símbolo, dice: “El mito, en su expresión alada, podría compararse a la mariposa
que juega con los reflejos de los colores de sus alas etéreas bajo la luz del
sol, el símbolo sería entonces la crisálida que esconde en su caparazón la
vulnerable criatura de alas aún plegadas”.
La postura de
Hegel. Hegel critica los proyectos de crear mitos, decía: “Pero si en nuestra
época del mundo vivo no crea su propia obra de arte, entonces el artista, en su
imaginación, ha de trasladarse a un mundo ya pasado. Tiene que soñarse un
mundo, pero así su obra lleva el sello de la quimera, del no estar vivo, sabe a
pasado, ni más ni menos”. Y esta crítica iba dirigida contra Schelling en su
etapa madura. En su libro “Fenomenología del espíritu” menciona Hegel que los
mitos helenicos habrían perdido su vigencia, su poder aglutinante, dice: “Las
estatuas se han convertido en cadáveres carentes de ánima viva, al igual que un
himno carente de fe que sólo es palabras; las mesas de los dioses sin majar ni
bebidas espirituales, y de sus juegos y festejos la conciencia no vuelve con el
sentir de la unidad alegre del ser”.
Dice Jamme: “Desde
la perspectiva filosófica del arte, los dioses se convierten en ideales, hoy en
día ideales de la formación intelectual (…): la perspectiva estética reconoce
cómo estos dioses forman parte del “panteón” de nuestra conciencia propia, es
decir, constituyen una forma de representación de los poderes que de hecho
dominan nuestras vidas. Los conflictos del hombre se relegan a la estructura de
conflictos de la misma conciencia propia”.
Hegel planteaba la
unidad de la filosofía, su totalización en la Conciencia Absoluta. Decía sobre
ello Habermas: “Si entonces la filosofía ha de resolver su tarea de
unificación, debe resolver más allá de la exigencia de interpretación
unificadora de la religión, y debe restituir aquella unidad que haya ahora sólo
el mito ha sido capaz de expresar (…). Esta unificación, realizada por el mito,
de los individuos peculiares con su respectiva comunidad política particular,
con el horizonte de un orden cósmico general, ha de restituir la filosofía en
condiciones mientras tanto establecidos con las ideas de la libertad y la
individualidad completa del individuo”.
Jamme sustituye la
tesis de Salgers: “Su tesis según la cual para el hombre animado por la
fantasía lo divino se personifica de manera inmediata se dirige contra todas
las teorías de una mitología producto de la voluntad y la reflexión (…); antes
que nada, el mito es, como el símbolo, la expresión autónoma de la
Idea”. Salgers fue influenciado por Schelling. Decía Salgers: “El mito (…) es
el medio necesario mediante el cual la idea de la divinidad puede convertirse
en un fenómeno peculiar”.