miércoles, 12 de octubre de 2016

Prof. Washi de Perú
 
LA FILOSOFÍA DEL MITO EN LA EPOCA MODERNA Y CONTEMPORANEA

 Lic. Washinton  Campos Caballero


1° Parte del r
esumen  del texto de Jamme “Introducción a la filosofía del mito en la época moderna y contemporánea”.
Sobre la palabra “mito”. Mito al igual que Logos significaba “palabra”, pero siendo Logos la palabra plena de sentido, el discurso racional. El mito significa primero “palabra hablada”, posteriormente significa “palabra sagrada”, y finalmente se le concibe como “narración que trata de los dioses”. En Alemania la palabra aparece en el siglo XVI  como fabula, y posteriormente como “narración de los dioses”.

Sobre el desarrollo del mito. Jamme critica dos visiones acerca del desarrollo del mito: i) la construcción lineal del mito al Logos (propuesto por W. Nestle), ya que “…el proceso del desprendimiento del pensamiento racional de ideas y conceptos míticos aún no se puede considerar como concluido”, ii) el recorrido en tres etapas: magia, mito (politeísmo) y religión (monoteísmo). Dice Jamme: “No debemos,.., ni descalificar el mito como ‘prelogíco’ (Levy-Bruhl), expresión de una etapa infantil de la humanidad desde hace mucho superada por la ciencia, ni tampoco apresurarnos a transformarlo en un pensamiento científico que nos es familiar (Lévi-Strauss)”. Más adelante plantea: “Ambas formas de tratar el mito reflejan planteamientos vinculados a la Ilustración que cabe corregir: el mito no es algo que haya quedado superado por la irrupción del pensamiento teórico, constituye más bien ilustración una vez que pretende otorgar sentido a relaciones naturales oscuras”.

Definición de mito: “El mito no pretende ser ninguna descripción del mundo, sino que constituye un concepto de relaciones de los seres humanos frente a sus experiencias y frente al mundo”.

“No hay ningún mito prerracional, ‘arcaico’, y, por consiguiente, no hay ningún único camino que conduzca del mito al Logos. Lo que sí hay es una realidad y una simbolización que van cambiando en el trascurso del tiempo: lo que cambia es únicamente la percepción de la realidad por el hombre (…)”.

Dice Jamme: “Las formas de experiencia míticas resultan atractivas para el pensamiento contemporáneo porque el mito representa otro tipo de razón distinto del pensamiento instrumental  porque posibilita otros conceptos de la realidad”, pero advierte: “Una teoría filosófica del mito debería evitar tanto la Escila de un ‘volvamos al mito’ como también la Caribdis de una racionalidad (utilitaria) desenfrenada”. Así lo que propone el autor es “ilustrar” el mito. Dice: “No hay que subliminar o eliminar el mito, sino ilustrarlo, -igual que la razón-“.

Sobre la evolución de la conceptualización del mito en la edad moderna. Plantea Jamme que a través de un proceso de secularización en forma de alegorías, el mito se convierte en un instrumento del  pensamiento racional, así Ernest Cassier decía que al mito “se le atribuye ahora un cometido nuevo: se convierte en vehículo del pensar lógico”. Giordano Bruno fue uno de los primeros en usar las temáticas mitológicas para su utilización meramente racional. Posteriormente viene Bacon y su libro “De sapientia veterum”, libro donde narra 31 mitos clásicos y  explica su contenido. Jamme dice: “Según Bacon, en los mitos hay buen núcleo racional y se encuentran en determinados procesos (de naturaleza histórica  y social), es decir, el mito se basa en un sustrato de hechos y conocimientos”, así “Bacon interpretaba a las deidades paganas como personificaciones de principios políticos, étnicos y filosófico-naturales”. Pero ver que a pesar de ello, Bacon entendía los mitos no como una ficción, sino como la “ciencia de los antiguos”.

Ver también el aporte de Vico. Dice Jamme: “Solo Vico… se da cuenta de que resulta inadecuada la distinción entre forma y contenido para comprender la ‘lógica’ del lenguaje y de la expresión míticas (…). Para Vico, el mito representa la creación central de determinado período de la historia, con una función de conocimientos especifica. El mito ya no aparece como ropaje (alegórico) de una verdad, sino como una forma propia del lenguaje (de imágenes) mediante el cual el hombre vence su extrañeza original en el mundo”. Así, Vico fundamenta el concepto moderno del mito.

En la Ilustración. Expresa Jamme: “La Ilustración muestra, en su conjunto, una actitud ambivalente frente al mito: por un lado, adopta una posición crítica; por otro lado, la Ilustración misma se acerca al mito en su autoestilización absolutista”. La Encyclopédie le niega al mito el carácter de racional. También Kant y su filosofía racionalizaban los mitos. Dice Jamme sobre Kant: “Kant piensa que es superable la contradicción entre las exigencias de la cultura y la naturaleza humana: en la medida que progresa la cultura, los individuos deben reprimir sus impulsos instintivos. En la idea de la expulsión del paraíso, Kant ve la expresión mítica del acto de la gestación humana que no significa otra cosa sino la emancipación necesaria de pasar de la tutela de la naturaleza al estado de la libertad”. En general en esta época el mito se le considera como algo “prelogíco” y arcaico.

En el “Programa de sistema más antiguo del idealismo alemán” (1797) se plantea que el arte debería regenerar la ética del pueblo y sustituir la filosofía por una nueva mitología, idea que coge Schelling en su libro “Sistema del idealismo trascendental”, donde postula elevar el arte al rango de meta de la filosofía. Schlegel limpia al arte de sus componentes teóricos y éticos, así dice Jamme: “La rotura decisiva se producirá entonces con Friedrich Schlegel: la nueva mitología perdería su justificación filosófica-histórica y se transformaría de una expectativa justificada filosóficamente en una esperanza mesiánica que se inspiraría en signos históricos”. Esta nueva mitología ya no habla de de los dioses, sino de la relación entre lo finito y lo infinito. Schelling, influido por Schlegel plantea la mitología como un eslabón intermediario del retorno de la ciencia a la poesía. Schilling planteaba: “La mitología auténtica constituye un simbolismo de las ideas que sólo es posible a través de la figuras de la naturaleza, y que resulta ser la transformación del infinito en finitud absoluta (…). Si buscáis entonces la mitología universal, apoderarse de la percepción de la visión simbólica de la naturaleza, dejad que los dioses vuelven a apoderarse de ello y que lo llenen en su plenitud (…)”.

Época del romanticismo. En esta época tenemos a Karl Moritz quien planteaba que la obra de arte no se puede interpretar, no puede interpretar, no puede ser descifrada a través de conceptos abstractos. De su teoría se desprende que los mitos obedecen a criterios estéticos y no éticos. Este recibe influencia de Goethe.

Creuzer fue el primero en diferenciar entre lo apolíneo y lo dionisiaco, y se rindió ante la fascinación de lo “dionisiaco”. Las tesis de Creuzer acerca del mito se reducen en tres tesis: “la cultura griega se baso en el mito; estos mitos hay que relacionarlos con los mitos hindúes: deben ser interpretados simbólicamente, con la ayuda de la filosofía neoplatónica”. Diferencia Creuzer entre mito y símbolo, dice: “El mito, en su expresión alada, podría compararse a la mariposa que juega con los reflejos de los colores de sus alas etéreas bajo la luz del sol, el símbolo sería entonces la crisálida que esconde en su caparazón la vulnerable criatura de alas aún plegadas”.

La postura de Hegel. Hegel critica los proyectos de crear mitos, decía: “Pero si en nuestra época del mundo vivo no crea su propia obra de arte, entonces el artista, en su imaginación, ha de trasladarse a un mundo ya pasado. Tiene que soñarse un mundo, pero así su obra lleva el sello de la quimera, del no estar vivo, sabe a pasado, ni más ni menos”. Y esta crítica iba dirigida contra Schelling en su etapa madura. En su libro “Fenomenología del espíritu” menciona Hegel que los mitos helenicos habrían perdido su vigencia, su poder aglutinante, dice: “Las estatuas se han convertido en cadáveres carentes de ánima viva, al igual que un himno carente de fe que sólo es palabras; las mesas de los dioses sin majar ni bebidas espirituales, y de sus juegos y festejos la conciencia no vuelve con el sentir de la unidad alegre del ser”.

Dice Jamme: “Desde la perspectiva filosófica del arte, los dioses se convierten en ideales, hoy en día ideales de la formación intelectual (…): la perspectiva estética reconoce cómo estos dioses forman parte del “panteón” de nuestra conciencia propia, es decir, constituyen una forma de representación de los poderes que de hecho dominan nuestras vidas. Los conflictos del hombre se relegan a la estructura de conflictos de la misma conciencia propia”.

Hegel planteaba la unidad de la filosofía, su totalización en la Conciencia Absoluta. Decía sobre ello Habermas: “Si entonces la filosofía ha de resolver su tarea de unificación, debe resolver más allá de la exigencia de interpretación unificadora de la religión, y debe restituir aquella unidad que haya ahora sólo el mito ha sido capaz de expresar (…). Esta unificación, realizada por el mito, de los individuos peculiares con su respectiva comunidad política particular, con el horizonte de un orden cósmico general, ha de restituir la filosofía en condiciones mientras tanto establecidos con las ideas de la libertad y la individualidad completa del individuo”.

Jamme sustituye la tesis de Salgers: “Su tesis según la cual para el hombre animado por la fantasía lo divino se personifica de manera inmediata se dirige contra todas las teorías de una mitología producto de la voluntad y la reflexión (…); antes que nada, el mito es, como el símbolo, la expresión autónoma  de la Idea”. Salgers fue influenciado por Schelling. Decía Salgers: “El mito (…) es el medio necesario mediante el cual la idea de la divinidad puede convertirse en un fenómeno peculiar”.  

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